La historia del Domaine du Cinquau comienza en el año de gracia de 1617.
En Béarn, el Domaine du Cinquau ya estaba en el camino de Santiago de Compostela. La finca de Cinquau, que había permanecido en la familia desde 1617, ya producía vino de Jurançon. La propiedad de Artiguelouve, que se había convertido en la quinta granja arrendataria de la familia de Bétouzet (de ahí el nombre de Cinquau) estaba cubierta de vides y bosques como lo está hoy en día. Sólo los viticultores vivían allí. Los propietarios del lugar vivían en el castillo de Andrein, cerca de Sauveterre de Béarn. Vinieron a Artiguelouve para cazar y traer el vino.
En el año de gracia de 1620, Luis XIII acababa de nombrar caballero a uno de los miembros de esta familia por los servicios prestados a su padre Henri IV. En otoño, una gran fiesta organizada en esta ocasión, para la temporada de caza, reunió a su amigo el conde de Treville, capitán de los mosqueteros del rey, y a jóvenes de la región, entre ellos Athos, Porthos y Aramis, que se reunieron en esta ocasión. D’Artagnan preparaba su viaje a París y no sabía nada de las aventuras que le esperaban cuatro años después.
Poco después, uno de los cadetes de la familia hizo construir la cartilla de la casa principal para mudarse. Las generaciones se sucedieron hasta la revolución; la casa se transmitió de padre a hijo. El último de los Bétouzet, sin descendencia, legó la propiedad a su hermana y durante tres generaciones, la transmisión fue realizada por mujeres.
La historia del Domaine du Cinquau se remonta a mediados del siglo XIX,
Antoine Peyre, uno de los sucesivos yernos, tendrá un papel especial para la región y para la finca que, entretanto, nunca ha dejado de producir Jurançon. Hijo de viticultores de la región de Limoux, transformó la finca ampliándola y modernizándola para convertirla en el comienzo de lo que es hoy.
Politécnico, oficial de ingeniería, participó en la construcción del fuerte de Portalet en el valle de Aspe y en el cuartel de la Place de Verdun en Pau. Como subprefecto de Oloron, trabajó para mejorar la carretera entre La Commande y Artiguelouve.
Como oficial, fue guarnicionado en el castillo de Pau, entonces propiedad del ejército, antes de que Luis Felipe decidiera convertirlo en un museo en memoria de su antepasado Henri IV, lo que permitió que su hijo Roger naciera en el castillo y recibiera sus dones como historiador. Roger, un brillante agrégé, profesó en Toulouse y escribió mucho. Su hijo, Henri, muy literario, publica novelas y poemas.
Las guerras, la filoxera, la falta de inversiones conducen a la decadencia de la finca, así como a una desafección general en nuestro país por los vinos dulces. El último barril de este período fue enviado en 1932 a un bistrot en Pau.
Isabelle, la única hija de Henri, se casó con Jean Saubot, un arquitecto que tuvo una brillante carrera en París, construyendo muchas obras incluyendo el Museo Quai de Tokio y la Torre Montparnasse.
Fue en 1984
… que Isabelle le pide a uno de sus hijos, Pierre, que vuelva a poner en marcha la bodega. Al mismo tiempo, un grupo de jóvenes viticultores de la región se unieron para reavivar la calidad y la reputación de Jurançon al más alto nivel. Pierre Saubot decidió unirse a su movimiento convirtiéndose en un viticultor independiente como ellos.
De 1984 a 1988: la historia del Domaine du Cinquau se acelera
Es el período en el que la preparación del terreno, la plantación, la reconstrucción de los edificios, la renovación de las bodegas, seguido por la primera cosecha después de una interrupción de más de cincuenta años: la cosecha de 1989 del Domaine du Cinquau. Petit Manseng, Gros Manseng y Courbu se divierten mucho y compiten para participar en la renovación de la denominación Jurançon en la tierra de Cinquau.
En 2007,
Se alcanza una nueva etapa de desarrollo en la historia del Domaine du Cinquau con la construcción de una nueva bodega que cumple con las últimas normas europeas, un teatro de viñedos y una gran sala de recepción.
Los principales actores de esta dinámica son Beatrice, la esposa de Pierre y sus hijos, que aportan su competencia y su sentido de la acogida a todo el mundo in situ y en numerosas ferias.
